lunes, 10 de noviembre de 2008

La cagada de Nokia

Bienvenidos a este mi primer blog, concebido como medio de protesta contra los oscuros tejemanejes de las grandes empresas.

Como es obvio por el título la cosa va de Nokia, y más concretamente del Nokia 5800 Xpress Music, que desde que se anunció creo que coincidiremos se convirtió en objeto de deseo multitudinario. Para aquellos que llegan aquí de rebote y sin saber de que va el tema haré un pequeño resumen de la situación.

Por no hacer esto muy largo me apoyaré en una de las páginas de las que soy mas asiduo visitante, xataka.com, desde la que me mantengo informado de todos esos cacharros que me encantan.

Ya desde abril, y luego junio y julio conocí el Nokia 5800 de pasada gracias a esta, esta y a esta entrada de xataka pero tampoco le presté mucha atención en aquel momento. No se sabía nada definitivo pero de cualquier manera sería con toda seguridad un terminal caro y yo andaba pensando más en el Nokia N95. No obstante capturó de nuevo mi atención tras aparecer, muy fantasma eso sí, en "El caballero Oscuro", y después de esta otra entrada empezó a interesarme vivamente. Las características eran todo aquello que yo esperaba en un móvil actualmente, quedaba por conocer el precio.

Y el día de la presentación llegó, y no se a vosotros, pero a mi ese peaso de movirr sexuarr por 279 euros libre me dejo temblando, con sudores fríos, el mono apoderado de mí, y diciendo sí, sí, lo han vuelto a hacer. 279 euros por un móvil muy completo, libre, sin subvención. Voy a por mi cuarto Nokia de cabeza. Un lejano 3310 maravilloso hasta que caí rendido ante la primera N-Gage (sí, yo soy el que se la compró) y que aguantó como una jabata (aún le da pal pelo a más de un móvil) hasta que me regalaron en Vodafone un Sharp GX25 que soporté el tiempo justo, menos de 6 meses, hasta que pude hacerme con un Nokia 6280. El Nokia 5800 Xpress Music llega en el momento justo. Ahora me he librado de Vodafone y sus permanencias y me he ido a Yoigo con mi chica y mi gasto de teléfono ha bajado de un 60% a un 70%, como lo oís. Vamos, no me vuelvo a atar a una de las tres grandes ladronas ni por el 5800 gratis, ni por el N96, y ni siquiera por un Android. Libres han de ser en adelante todos mis terminales.

Después va el grandísimo Javier y me dice que puede que aún más barato, "los responsables de Nokia en España nos aseguraron que el precio sería “aún más sorprendente” que el anunciado en Londres". En pleno ataque de priapismo comienzo hablar a diestro y siniestro de mi futuro nuevo móvil, mi chica me lo asegura como regalo de Navidad en cuanto salga, rozo la gloria...

Y va Nokia y la caga.

429 euros libre

Eso sí, con 100 euros de regalo de música... y que? Tengo tropecientos gigas de música en el ordenador, no podría escucharla toda ni a propósito. Me trae sin cuidado la tienda de música de Nokia. Yo solo quiero el terminal, libre, mío, sin personalización de nadie, sin atarme a nadie, mío, para hacer con el lo que me salga de los h.. hemisferios cerebrales. Mío. Sin que nadie me enchufe sus robo-tarifas de tráfico de datos por el c.. contrato. ¿He dicho que lo quiero mío?

Pero por 429 libre os lo va comprar Rita, solo por la tomadura de pelo. Mi cuarto Nokia puede que nunca llegue si no rectificais. Y no rectificar a 279, sino a ese supuesto precio “aún más sorprendente”. En Diciembre me voy de viaje a China, a Pekín, y volveré con un HTC, o un Asus, o un LG o una batería nueva para mi 6280, clónica. Pero nada de Nokia, es una pena. Me olvidaré de Symbian. Pensaré en Android de aquí en adelante. Hasta pensaré en en el Ayfon de las narices.

La Navidad va a ser amarga. A no ser... a no ser que paséis de las presiones de las distribuidoras y le echéis un par. Ganareis menos margen, pero seremos legión los que acudamos a por vuestro terminal. Los que haremos una muesca más en la culata del revólver, otro Nokia que ha caído.

Aún estáis a tiempo, pero no queda mucho, tic, tac...

Y a vosotros mis valientes, os llamo a las armas. Aprestad vuestros teclados, agitad vuestros ratones, lejos quedan los tiempos en que no podíamos hacer nada. En este mar digital una opinión es una espada y cualquier blog un cañonero repleto de fieros marineros. Devolvamos a estos descendientes de Vikingos cada estocada.


Que el viento Google llevé nuestra indignación a todos los rincones de la red.

Que nos oigan.